- Sal, Aceite
2 Rebanadas de pan
1 Cabeza de ajos mediana
8 ranos de pimienta negra
3 Clavos
1 Cuchara de comino molido
1/2 kg. de tomate frito (de lata si es posible de la marca Apis)
1 Vaso de vino blanco del bueno
1 Pastilla de Avecrem
Modo de Hacer:
Se limpian bien las cabrillas, primero con sal para sacarles las babas y luego con agua,
hasta que el agua salga limpia,
se ponen en la olla cubiertas de agua y tapadas con el fuego apagado, un buen rato,
para que vuelvan a sacar los cuernos,
a continuacion sin mover la olla encendemos el fuego al minimo, para que vayan muriendo poco a poco y no se metan en la concha,
una vez que estan muertas se pone el fuego fuerte hasta que esten tiernas,
este agua se pondra sucia pues por bien que se laven las cabrillas siempre sueltan alguna baba, por lo que cuando esten listas se les quita este agua y se les da un enjuagado con abundante agua clara, se escurren bien y se ponen de nuevo en la olla,
se me ha olvidado que cuando las ponemos a hervir una vez muertas, hay que añadirles un poco de sal.
Por otro lado en un poco de aceite freimos las rebanadas de pan y la cabezade ajos,
lo pasamos a un mortero junto con la pimienta, el clavo y el comino y lo majamos bien,
este majado se añade a las cabrillas, con el aceite del refrito , el tomate el vino y la pastilla de avecrem se remueve para repartir toda esta salsa y se deja hacer a fuego lento unos 10 minutos y listo.
SI TE PREGUNTAS, QUE SON LAS CABRILLAS, ES PORQUE NUNCA LAS COMISTES,
A PARTIR DE AHORA SERA UNO DE TUS PLATOS FAVORITOS, A QUE SE ME OLVIDA, SON CARACOLES GRANDES.
esto tiene que esyar pa chuparse los deos
ResponderEliminaresta receta le sale de rechupete a mi hermana paca, la mujer de mi cuñado jose.el del moscatel de Chipiona
ResponderEliminarmi tio juan es un esperto en guisar caracoles y siempre tengo la imagen de el cuando yo era pequeña de verlo en el patio de mi abuela Isabel lavamdo los caracoles para luego guisarlos y siempre estaban riquisimos.
ResponderEliminarja yo creí que las cabrillas eran lo que salían en los muslos cuando una se ponía en una mesa camilla con una copita encendia al rojo vivo, empezaba a picarle los muslos y luego no había manera de aliviarse el picor por mucho que se rascara.
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